Las puertas cortafuegos son un sistema de protección pasiva contra incendios que se instalan en cualquier tipo de edificio para evitar la propagación de los incendios y facilitar las labores de evacuación durante una urgencia.
Las puertas cortafuegos contribuyen así a la compartimentación de los edificios porque consiguen retardar e incluso pueden llegar a impedir la progresión de cualquier tipo de incendio. La mayoría de ellas suelen ser pivotantes metálicas y deben cumplir unos requisitos mínimos entre los que se incluye que sean resistentes al fuego, que se puedan abrir fácilmente para permitir una correcta evacuación y que se cierren de forma automática tras cada apertura.