Las puertas cortafuegos son un sistema de protección pasiva contra incendios que se instalan en cualquier tipo de edificio para evitar la propagación de los incendios y facilitar las labores de evacuación durante una urgencia.
Las puertas cortafuegos contribuyen así a la compartimentación de los edificios porque consiguen retardar e incluso pueden llegar a impedir la progresión de cualquier tipo de incendio. La mayoría de ellas suelen ser pivotantes metálicas y deben cumplir unos requisitos mínimos entre los que se incluye que sean resistentes al fuego, que se puedan abrir fácilmente para permitir una correcta evacuación y que se cierren de forma automática tras cada apertura.
¿Qué características deben cumplir las puertas cortafuegos?
- Aislamiento térmico: Las puertas cortafuegos deben servir de muralla para impedir el avance del fuego y tienen que ser capaces de mitigar las altas temperaturas en la cara expuesta al fuego para permitir de ese modo el tránsito de personas por el otro lado. Además, en la cara fría, han de cumplir también una función aislante para impedir la inflamación de revestimientos y del mobiliario de alrededor.
- Aislamiento gases y humos: Este sistema de protección pasiva contra incendios debe impedir el paso de gases calientes y humos. Para ello, es muy importante que las hojas y el marco estén ajustadas adecuadamente, que las juntas de estanquidad cumplan su función y que las puertas tengan un mecanismo de cierre automático tras cada apertura.
¿Por qué es tan importante el mantenimiento de las puertas cortafuegos?
El artículo 11 del Código Técnico de Edificación (CTE) establece unas premisas básicas para llevar a cabo un correcto mantenimiento de las puertas cortafuegos. En él se informa de la importancia de verificar las juntas de estanqueidad y los puntos de cierre de la puerta cada cierto tiempo. Además, insta a hacer un seguimiento de los vidrios para detectar cualquier grieta o burbuja, ya que éstas podrían ser síntoma de una posible rotura.
Las puertas cortafuegos tienen un ciclo de vida útil de 20 años debido al deterioro de sus componentes aislantes, pero, de todos modos, es necesario realizar un mantenimiento continuo de estas instalaciones. En Soler contamos con un equipo de profesionales especializados en el mantenimiento de sistemas de protección contra incendios que se encarga de efectuar las pruebas operativas necesarias, que verifican el funcionamiento de estos sistemas y que sustituyen aquellos elementos de las puertas que muestren símbolos de daño o corrosión.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros si necesitas instalar nuevas puertas cortafuegos en tu empresa o si por el contrario, quieres verificar el correcto funcionamiento de tu sistema actual. Estaremos encantados de ayudarte.